26 de noviembre de 2009

EL PROGRAMA OXLAJUJ TZ’IKIN DA UN NUEVO IMPULSO AL ENFOQUE DE GÉNERO


Representantes de las ONGD gallegas y guatemaltecas que participan en el programa de desarrollo integral Oxlajuj Tz’ikin, así como representantes del Consejo Microregional y de la Xunta de Galicia, se reunieron el pasado martes 17 de noviembre en Retalhuleu para participar en un taller sobre enfoque de género organizado por la CONIC (Coordinadora Nacional Indígena y Campesina), como parte de las actividades programadas en el marco del componente de fortalecimiento comunitario y en coordinación con la Comisión de Género del programa, compuesta por representantes de diversas organizaciones.

María Luisa Curruchiche fue la persona responsable de impartir el curso. El éxito de los objetivos de desarrollo exige trabajar bajo un enfoque de género y de pertinencia cultural, de ahí que estas dos directrices se transversalicen en todos los componentes del programa. De tal modo, en el curso se reflexionó sobre si es posible trabajar bajo la perspectiva de género desde la cosmovisión maya. 

Los principales objetivos que se perseguían eran realizar un análisis de la situación y concretar herramientas que permitan avanzar en el combate a la inequidad entre hombres y mujeres.

Los asistentes relataron diferentes ejemplos de desigualdad que existen al interior de sus comunidades. Así, se denunció la violencia sexual hacia las mujeres, que tradicionalmente las comadronas cobrasen más si nacía un niño, se puso sobre la mesa la cuestión de por qué son ellos los que acceden a cargos públicos, el hecho de que sean las mujeres las que acusan mayores niveles de analfabetismo en el país, así como que sean los varones los que heredan, salvo algunas excepciones. 

María Luisa Curruchice explicó que el concepto género se refiere al conjunto de características socioculturales, políticas, psicológicas y jurídicas socialmente aprendidas por hombres y mujeres, es una construcción social de lo femenino y masculino transmitida en el proceso de socialización; a diferencia de la palabra sexo, que se refiere a las características biológicas, anatómicas y fisiológicas de los seres humanos.  

De este modo planteó el análisis de género como una herramienta metodológica que identifica las relaciones entre hombres y mujeres, que pone al descubierto la desigualdad o la equidad en cualquier sociedad.

El enfoque de género, añadió, permite visualizar la jerarquía en la estructura patriarcal y en las culturas, una jerarquía que en muchas ocasiones trae consigo opresión, advirtiendo que si las diferencias resultan negativas hay que hacer que cambien. 

En relación a la pertinencia cultural la facilitadora planteó que juntar los saberes propios con los externos enriquece a unos y a otros, interrogando a los asistentes sobre como modificar ciertas prácticas en la comunidad que no obedecen a razones éticas y no nos enriquecen.

Asimismo interrogó a los participantes respecto a que si la cosmovisión maya habla de una buena relación entre todos y con la naturaleza, ¿qué acontece con la relación entre el hombre y la mujer? “La cosmovisión maya se construyó en base a tres principios: la complementariedad, la dualidad y el equilibrio. ¿Cómo vivir esa relación armónica entre hombres y mujeres?”, preguntó.

Después de varias horas de trabajo, los participantes concluyeron que es posible vincular la práctica de las comunidades como mayas con el enfoque de género. Tras este primer encuentro se procederá a elaborar un plan de trabajo así como a organizar nuevas reuniones que permitan avanzar en la consecución del objetivo que se persigue: dotar de nuevos conocimientos y herramientas a las organizaciones para incorporar de la manera más eficaz posible el enfoque de género en cada una de las intervenciones del programa, es decir, llevar la teoría y reflexiones en torno al tema a la práctica diaria laboral y personal.

 

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