15 de diciembre de 2011

SEMILLAS CRIOLLAS Y SOBERANIA ALIMENTARIA



Qanil, para los mayas, significa semilla, siembra, vida y amor. Además de esto es el símbolo de la germinación de la tierra, de la vuelta a nacer después de la muerte, como sucede con el maíz sagrado. Representa la vitalidad.

Sin embargo, la vitalidad de las semillas en Guatemala, parece haberse visto truncada por la privatización de los conocimientos ancestrales y de la biodiversidad. Cuando hablamos de privatización nos referimos a personas particulares, empresas nacionales y transnacionales, las cuales han patentado el conocimiento tradicional de los pueblos indígenas sin ni siquiera habérselo preguntado primero.

La legislación guatemalteca, en materia de comercio, establece todo un procedimiento legal y jurídico para patentar y comercializar, pero no existe un procedimiento para solicitar su autorización a los pueblos indígenas al momento de utilizar su conocimiento tradicional.

Tenemos que recordar que en el convenio 169 de la OIT se establece que debe consultarse de buena fe a los pueblos indígenas cualquier acción que los afecte directamente. Esta disposición no se ha cumplido.

Otra forma en que se ha afectado a estos pueblos es mediante la introducción de semillas híbridas o mejoradas, de las cuales, hasta se dice que las está repartiendo el gobierno. Estas semillas tienen como característica que no se pueden reproducir, por lo que se genera una fuerte dependencia de las familias campesinas hacia las empresas transnacionales, al tener que comprarlas para cada siembra y al mismo tiempo necesitan de paquetes tecnológicos y químicos para que germinen.

Es necesario fortalecer el compromiso de los campesinos y las campesinas con la diversidad biológica y con la independencia en la producción de alimentos; además de esto, debemos revalorar el conocimiento tradicional rescatando, conservando y manejando las semillas criollas y nativas.

Para ello, resultaría determinante incidir políticamente en los diferentes niveles del Estado; crear mesas de diálogo comunitarias para conocer los daños provocados por este tipo de producción; reforzar el rescate y la promoción de semillas criollas y sobre todo, sensibilizar sobre la conservación de la cultura y la biodiversidad.

Todo esto es simplemente un pequeño resumen de la importancia de conservar las semillas criollas y nativas en la lucha por la soberanía alimentaria, línea que se está apoyando en el marco del programa, con el trabajo de CEIBA mediante acciones de sensibilización al respecto y a través de la implementación de bancos comunitarios de semillas criollas .

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