En el mal llamado primer mundo o mundo desarrollado los libros han empezado a perder la fuerza de su esencia para encargarse de tareas como la decoración de estanterías o incentivos para la venta de periódicos. Quizás por eso cuesta entender el significado que tiene la posesión de un libro para un niño que nunca ha tenido uno.
Con esa premisa nace la serie de lectura Kemon ch’ab’äl (Tejiendo el lenguaje), un conjunto de páginas que se enmarcan dentro de una propuesta pedagógica para mejorar la capacidad y la comprensión lectora de las niñas y niños guatemaltecos. Escuelas de diferentes áreas del país han implementado dicho programa que pretende mejorar las habilidades de comprensión lectora y generar un aprendizaje de valores relacionado con la equidad de género, el bilingüismo, la interculturalidad, los derechos humanos y la cultura de paz.
Esta propuesta se ha llevado a cabo en dieciséis de las comunidades participantes en el programa Oxlajuj Tz´ikin, coordinado por la Xunta de Galicia, en la zona sur oriental del país, en las municipalidades de Champerico y Retalhuleu.
El adiós a las escuelas
El trabajo de apoyo a la familia, la emigración, las enfermedades y los problemas económicos son algunos de los motivos por los que los niños y niñas se ven obligados a abandonar las escuelas de forma temprana. En el caso de las niñas, los embarazos prematuros y los patrones culturales que dan preferencia a la educación de los hombres agudizan su marcha forzada de las aulas.
En otras ocasiones el abandono escolar está íntimamente ligado a la baja calidad educativa. El uso de materiales obsoletos y completamente descontextualizados de la realidad que viven las niñas y niños también pone trabas al desarrollo de sus habilidades.
También cojea la educación por los problemas que atañen a los docentes. Sólo el 22% de las y los maestros de primaria son bilingües, en dieciséis comunidades en las que la mayoría de la población es mayahablante. Además sólo el 18% de los maestros y maestras de estas comunidades son originarios de las mismas, con lo que los problemas de comunicación entre niños y profesores se ven agravados. Por si fuera poco los docentes en las escuelas públicas cobran unos sueldos irrisorios que oscilan entre los 1000 y los 1800 queztales (entre 100 y 180 euros), con lo que se ven obligados a buscarse otro trabajo complementario.
La semilla del cambio
La apuesta por la educación como motor de cambio en sociedades deprimidas es la razón de ser de Educación sin Fronteras y de ahí la causa de su presencia en Champerico y Retalhuleu. En asociación con la organización local Proyecto de Desarrollo Santiago (Prodessa), ESF, participa en el programa Oxlajuj Tz`ikin apoyando a las escuelas en la 'creación' de personas con valores de paz, tolerancia y participación ciudadana.
La dotación de material didáctico adaptado a la realidad de los alumnos y alumnas, visible a través de las páginas del Kemon ch’ab’äl ya citado, y la capacitación de los docentes en las aulas es la principal actuación de ambas organizaciones. Además, dentro del proyecto de mejora de la calidad educativa, cuarenta jóvenes, veinte hombres y veinte mujeres, han sido dotados con becas de apoyo para estudiar la carrera de magisterio. Esos cuarenta becarios serán el germen para la educación comunitaria de las generaciones venideras.
* Texto y fotos de Laura Antelo (Educación sin Fronteras)
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